Más que un estilo de vida; una forma de vivir: Cristian Nava y la bisutería artesanal
- Carlos Cruz

- 12 mar 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2024

Con una garra de águila colgando de su cuello, su mochila repleta de abalorios y un enorme espíritu por salir adelante que solo es comparado con su pasión por las artesanías, el artista urbano Cristian Ernesto Nava Torres, recorre las calles del Centro Histórico de Tampico, hasta la Laguna del Carpintero, ofreciendo a los peatones un repertorio de coloridos collares y pulseras fabricadas con una calidad que no tiene nada que envidiarle al industrial negocio de la joyería.
De motivaciones
En un mundo cada vez más dominado por la producción en masa y la uniformidad, la artesanía emerge como un faro de autenticidad y creatividad que primero alumbró a Cristian después de haber sido empujado por la necesidad económica, negligencias de sus patrones y la oportunidad que le dio su madre al enseñarle a perfeccionar este popular oficio.
“Me salí de mi trabajo y llegué al centro. Yo tenía como dos años de que no convivía con mi amá y llegué con ella. Ella también se pone aquí en el centro, y ella hacía collares […] Me dijo ‘pues te enseño, ponte a hacer”. Dijo el artista.
“Me quedan chidos”
Según la RAE, “chido” es un adjetivo coloquial mexicano que hace referencia a algo bonito, bello, hermoso, excelente; y también es la palabra que usa Cristian para definir el estilo que distingue a su producto estrella: las pulseras. Las cuales adorna él mismo con un hilo trenzado y piedras de minerales que compra a sus lapidarios proveedores de confianza.
Entre los minerales que agrega el joven a sus creaciones se encuentran la obsidiana, amatista, cuarzo rosa, jadeíta, cornalina, turquesa, piedra volcánica, jade y ámbar.

Con propiedades especiales
Es conocido que además de lucir estéticamente atractivas y deslumbrantes, estas piedras ofrecen propiedades especiales que benefician a su usuario.
“La que más se vende y que llegan preguntando seguido es la obsidiana, que es una piedra negra que viene de la lava y el agua, esas son para las energías negativas, quema todo lo negativo, transmuta la ira y todo eso lo transforma en la paz […]; Los cuarzos son diferentes, que cuarzos citrino que es un amarillo se carga todas las energías; el cuarzo rosa es para la paz y la tranquilidad; el cuarzo amatista aligera a tu calma. Todas son para los chakras que te rodean.” Menciona Cristian alguno de estos beneficios.
Los gajes del artista
Además, afirma que uno de los conflictos más frecuentes que se le atraviesan son las personas que venden/compran de mayoreo en otros lados, ya que mientras ellos las compran a $50 pesos, el artesano las vende dos o tres veces más caras que estas, lo que les causa un rechazo casi inmediato a algunos clientes. Sin embargo, el por qué la mayoría de estos siguen comprando y recomendando sus trabajos, es precisamente por la calidad que estos tienen.
Detalles como las cuarteadas naturales, la transparencia, colores y textura, son unos cuantos detalles que alguien con experiencia puede notar a la hora de elegir el material con el que va a trabajar o comprar, y que diferencian lo más comercial a lo artesanal.
Cómo hacer una buena pulsera
Hacerlas pueda que se vea fácil; simplemente poner una, dos o tres piedritas apiladas entre un hilito, sin embargo, elaborar una sola de estas con la calidad y estilo característicos puede llevar, cuando menos, 15 minutos la más sencilla. Estos son los pasos que sigue Cristian a la hora de empezar a forjar artesanías.
Inversión. No se puede empezar un negocio sin invertir un buen capital del que estés seguro vas a poder recuperar su ganancia. “Para que le saques tienes que vender a $50 cada una” Explica el joven Nava. “Sí le sacas bastante, pero no las acabas de hacer todas en un día, y hay días que no vendes tanto, se te queda el trabajo. Pero está chido que se te quede porque ya entre más se vea más se ve más bonito y llenas tu manta.” Concluyó. Asimismo, aconseja tener piedras bonitas, variedad y nunca quedarse sin productos.
Ensamblado. Aquí, ya con los materiales, te dispones a realizar el estilo y montaje de todas las piezas que tienes. “Cortas el hilo, limpias la cera a la medida que son los hilos, metes las cuencas en el hilo, amarras los hilos al hilo y empiezas a tejer; lo tejes de un lado, luego lo tejes del otro; y luego le haces la trenza de un lado y luego la trenza del otro.” Añadió.
Buen cerrado. Hay que tener en cuenta que por último y no menos importante, está la parte en la que se implementa la comodidad del cliente. “Le haces el corredizo para que ya se amarre, y las quemas para que se sellen los hilos.” Agregó.
Y claro, la práctica que llega según haces y haces de estas manualidades. Aunque, dato curioso, Cristian asegura que a pesar de algunas pulseras le queden con la misma calidad que ofrecía cuando era más inexperto, son las que más se le venden.

El arte como estilo de supervivencia
Ser artesano no es tarea sencilla, y mucho menos cuando es la actividad que te ayuda a sobrevivir día tras día. Cristian disfruta de su trabajo, lo entretiene y está orgulloso del producto que ofrece a la gente que lo ve pasar, tanto es así que ha habido veces en las que ha pasado decenas de horas seguidas haciendo pulsera tras anillo tras pulsera, collar tras collar, anillo tras anillo, con el único objetivo de seguir produciéndolas.
“Si ven a un artesano cómprenle, porque es un trabajo honrado y digno, y uno se esfuerza”. Concluye el joven, invitando al público en general a apoyarlos no solo a ellos, sino a cualquier persona que ponga su esfuerzo en crear para poder vivir un día más.







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